miércoles, 17 de octubre de 2012



La crisis de la Deuda Soberana

Teniendo en cuenta que se habla cada vez con más fuerza de que el famoso rescate llegará a España  en los días venideros, he querido que este artículo  nos ponga un poco en antecedentes.
Para empezar, la Deuda Soberana, también denominada deuda pública, es la suma de la deuda que un país o estado tiene contraída con sus acreedores. Cuando decimos acreedores, nos referimos a todos aquellos países, inversores privados, bancos, organismos como BCE, Reserva Federal  etc,que  invierten en los bonos que emiten los países para financiarse.

Tenemos que tener en cuenta, que el estallido de una crisis financiera tan delicada como la acontecida entre el 2007 y 2009, provoca recesiones importantes en los países que la sufren. Si esto además se junta, como ha pasado en España, con la explosión de una burbuja inmobiliaria, provoca una crisis generalizada que dura ya cuatro años y medio.

¿Y qué ha supuesto todo esto? Con la recesión, multitud de empresas se han visto forzadas a cerrar y/o desprenderse de gran parte de su plantilla ante la falta de actividad, provocando en la economía un incremento del desempleo. Ante esta situación  los gobiernos han tenido que asumir un aumento en el gasto para prestaciones por desempleo, subsidios de ayuda a las familias con problemas de subsistencia y todo ello unido a una disminución de los ingresos al ser la recaudación impositiva mucho menor.  Este panorama ha llevado a que el déficit fiscal sea excesivamente elevado.
Los Bancos, el otro peso pesado de nuestra economía, han visto como la morosidad a la que tienen que hacer frente tras el varapalo de las crisis inmobiliaria, les ha arrastrado a muchos de ellos, al borde de una suspensión de pagos, produciéndose así una contracción del crédito ante la falta de liquidez, lo que empeora aún más la situación económica.   Esto ha “obligado” a los gobiernos a rescatar a las entidades financieras cuyo tamaño y peso provocarían, que su caída tuviera un efecto sistémico en la economía.
Todas estas actuaciones por parte del sector público, han hecho que la deuda pública haya aumentado considerablemente en relación al PIB, ¿Y por qué? Porque para financiar todos esos actos se necesita capital y para conseguirlo han tenido que recurrir a los mercados de deuda. Ahora bien, esa deuda hay que pagarla y cuando el crecimiento se contrae, el país no genera lo suficiente, y es entonces cuando entran en el juego los famosos recortes en el gasto y las reformas para incrementar los ingresos.

Os estaréis preguntando, qué dónde está el problema, pues bien, el problema está en los inversores. Tenemos que tener en cuenta que ante una recesión larga, los inversionistas ven cómo el retorno de sus inversiones se reduce y si además el potencial de crecimiento del país es nulo, la desconfianza ante la posibilidad de que éste no pueda generar los suficientes recursos para devolver lo que debe, se asienta, y provoca así una subida de los intereses  por parte de los inversores, los cuales ante más riesgo, más interés piden. Este interés en Europa lo medimos con la prima de riesgo. Esta subida de los intereses pone en peligro la posibilidad de que un país pueda seguir financiándose en los mercados, debido al gran coste que esto supone. Realmente, cuando la prima de riesgo es desorbitada, se pone de manifiesto cómo determinados países ya no pueden acceder a los mercados para vender sus bonos, porque no hay compradores que los quieran. Quizás ahora entendamos mejor, el empeño de empresas y  países por hacer llegar a los mercados el mensaje de que las reformas,  que tienen entre manos,  resultarán eficaces.

El sistema financiero, está tan expuesto a esta crisis, provocando de hecho una crisis bancaria paralela, debido a que los bancos han comprado siempre grandes cantidades de deuda soberana, principalmente de sus países, y sufren cuando la deuda cae de precio o tiene que ser reestructurada, como ha pasado en el caso de Grecia, al producirse con este hecho minusvalías en sus balances.

Este tema es demasiado amplio y podría explayarme aún más, pero  el sentido de esto es que sea simple para los pocos que puedan llegar a leerlo. Un saludo.

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